La armadura de la luz, de Javier Miró


Mi relación con la fantasía épica española es agridulce. Y sí, es una generalización brutal, pero los que seguís este blog sabéis que intento dar (dentro de lo posible) espacio a la literatura hispana y a autores autopublicados. Esto implica que me he encontrado DE TODO. En este mismo blog recibo casi un mail diario ofreciéndome words, epubs o libros en papel de novelas autopublicadas y he adoptado la costumbre de rechazarlo todo en vez de tratar de ser selectivo. Pero, Alex, ¿todo esto es para ponernos en sobreaviso de que La armadura de la luz de Javier Miró no es un buen libro? Pues todo lo contrario. Precisamente lo comencé a leer un tanto dubitativo. Las portadas con espadas o caballeros ya no me llaman la atención. El tono Warhammer no es lo mío. PERO. Javier Miró se ha marcado una obra bastante interesante y que me parece relevante destacar en el blog, ya que a muchos seguro que os despierta la curiosidad. Eso y que hace meses que la tengo leída con la reseña en un borrador bastante extenso, así que vamos allá.

Para los más perdidos, Javier Miró no es un desconocido en esto del mundillo literario. Le podéis encontrar en Libros prohibidos, en su canal de Youtube, en Autorquía y escribe además para varios medios. Casi nada. La armadura de la luz es su segunda novela, y cabe decir que publicarla en Minotauro es todo un logro (sin entrar a discutir la importancia actual del sello, es innegable su catálogo y el prestigio del que ha gozado). En cualquier caso, esto nos debería dar cierta garantía de que Javier Miró sabe lo que hace.

Comencemos con una confesión: Me producen rechazo las novelas de fantasía que comienzan con unos primeros capítulos con una prosa recargadísima donde nos cuentan el origen de las cosas, de los dioses, de la tierra, de los reinos y bla bla bla. No puedo. La armadura de la luz comienza así, y quizá por eso tardé tanto en anirmarme a terminarlo. Lo cierto es que pasado este inicio un tanto... manido, comienza la novela per se. Javier Miró plantea una serie de misterios y dudas en este inicio como el origen de la armadura que da nombre al título y la armadura de la oscuridad. Como ya sabéis, en la fantasía más clásica suele haber ese balance entre opuestos: luz y oscuridad, bien y mal, etc. La novela además cuenta con un gran elenco de personajes y puntos de vista distintos que van desde Jax e Iviqi, una pareja formada por un mercenario veterano y una joven que está desarrollando su formación marcial. Podríamos decir que esta pareja son los protagonistas de la novela, pero repito, hay una cantidad tremenda de personajes y puntos de vista, algo que, personalmente, me ha agradado (con algunos peros). 

La novela es una mezcla entre un tono épico muy propio de leyendas y fábulas, y un estilo bastante ligero, ameno y claro. El prólogo puede inducir a error, toda la historia no pretende ese tono rimbonbante de las historias épicas, sino que Javier Miró escribe con mucha soltura y añade muchísimo humor a su historia. Esto me sorprendió, pues me esperaba algo muy diferente, algo más barroco. El ritmo de la historia es trepidante, acelerado, repleto de acción y escenas que se entrelazan una tras otra, pero esto lacra la profundización de personajes. Durante la lectura uno tiene la sensación de que el autor teme que el lector pueda aburrirse, y creo que esto lacra que los personajes sean más poliédricos e interesantes. 


Antes la he llamado fantasía épica, y esto podría ser perfectamente discutible pues, en muchas ocasiones parece más una novela de espada y brujería. Tanto por ese "tono" de aventura folletinesca como por el alcance más centrado del worldbuilding en la inmediatez. En la fantasía épica (y puede que aquí me equivoque, no soy experto en género) solemos visitar escenarios enormes, grandes imperios, naciones, y las tramas son de gran impacto. En La armadura de la luz la trama y la construcción del mundo está muy centrada en los personajes y en sus situaciones inmediatas. En defintiva, Javier Miró dedica el tiempo justo a construir un escenario que nos permita situar a lospersonajes, pero no se entretiene en describir minuciosamente todo el entorno. Aunque es cierto que en muchas ocasiones echaba en falta una ambientación más amplia, de amplio espectro, para poder luego centrar la atención en la escena en concreto.

A nivel personal no quiero entrar en algunos temas que sí han mencionado otros lectores como Dalayn sobre la representación de ciertos personajes y colectivos. Creo que hay temas que ya deberíamos tener superados, ya que en este caso no sirve lo de "es que es una novela que hay que juzgar con la mirada de su época". En cuanto a personajes, destaco a Sergivs, ya que Miró hace un trabajo muy interesante deconstruyendo el arquetipo de bardo para construir a un personaje. Sobre el resto, lo que ya he comentado antes, me ha faltado tiempo en la cabeza de los personajes, profundizar en su psicología y en sus personalidades. En conclusión, se me hace complicado recomendar esta novela. Si tras todo lo dicho crees que es una novela de tu estilo, dale un tiento, si crees que no, pues lo dicho. Siempre me ha costado "recomendar" libros, pero si me dijeran cómo recomendar la novela de Javier Miró diría que te tiene que gustar la fantasía estilo warhammer, con mucha acción, muchas aventuras, pasapáginas y poco más. Es una novela efectiva que da lo que promete, y aunque yo no estaba demasiado interesado en lo que ofrecía, me parece una característica positiva para un libro. 

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